Las 4 Fases De Alcoholismo Y Sus Efectos En La Persona
¿Qué es el alcoholismo? Se trata de un trastorno crónico del consumo de alcohol que puede tener efectos graves en la vida de una persona. El trastorno se caracteriza por una conducta repetitiva de consumo excesivo de bebidas alcohólicas, a pesar de tener consciencia de los problemas que pueden producir.
El alcoholismo se cataloga en cuatro fases, cada una con sus propios efectos. Estas son las siguientes:
- Fase de embriaguez: Esta etapa comienza con el primer trago. Durante este periodo se produce una reducción en el filtrado del líquido, así como pérdidas en la memoria a corto plazo.
- Fase de tolerancia: La persona comienza a tomar dosis mayores de alcohol para sentir los mismos efectos. En este momento comienzan las intoxicaciones.
- Fase de dependencia: La persona ya necesita consumir alcohol para funcionar correctamente. Se da sentimiento de ansiedad cuando no está disponible y puede llevar a situaciones de desesperación.
- Fase de abstinencia: Esta etapa aparece cuando la persona intenta dejar el hábito del alcohol. Puede presentarse estados depresivos, sensaciones de angustia y dificultad para mantenerse enfocado.
En cualquiera de sus etapas, el alcoholismo puede afectar a la salud mental y física de la persona. Los temores, problemas de memoria, disminución de la resistencia física y desviaciones comportamentales serán algunas de las consecuencias más comunes provocadas por este trastorno.
Por ello, es importante saber identificar los signos tempranos y acudir a orientación profesional para detener el problema antes de que se agrave.
- Fases del Alcoholismo
- 4ºBÁSICO/CIENCIAS - Efectos del alcohol en el ser humano
- ¿Cuántos tipos de alcoholismo hay y cuáles son?
- ¿Qué efectos provoca el alcohol en el comportamiento de las personas?
- ¿Cuál es el final de un alcohólico?
- ¿Qué personalidad tienen los alcoholicos?
- Preguntas Relacionadas
- Conclusión
Fases del Alcoholismo
4ºBÁSICO/CIENCIAS - Efectos del alcohol en el ser humano
¿Cuántos tipos de alcoholismo hay y cuáles son?
Existen dos tipos de alcoholismo: el primero se conoce como Alcoholismo no Complejo o Alcoholismo Social, el cual se caracteriza por el uso excesivo del alcohol, sin embargo, no existe una dependencia física por la bebida. Este tipo generalmente afecta a personas adultas que pueden dejar de consumir sin mayores problemas y sin aparecer síntomas bastante severos.
El Alcoholismo Complejo, por otro lado, forma parte de lo que se conoce como Trastorno por Uso de Sustancias, y se caracteriza por ser una verdadera adicción al alcohol que genera una dependencia física, en la que los síntomas que se presentan son más severos y difíciles de controlar.
Algunos de los síntomas más comunes son:
- Pérdida de control sobre el consumo de alcohol.
- Aislamiento social.
- Insomnio.
- Nerviosismo.
- Tremores o temblores.
- Cambios importantes en el comportamiento.
- Deterioro en la calidad de vida.
Ambos tipos de alcoholismo tienen tratamientos específicos para ayudar a las personas a luchar contra esta enfermedad, desde terapias, medicamentos y asesoría psicológica para una mejor recuperación.
¿Qué efectos provoca el alcohol en el comportamiento de las personas?
El consumo excesivo de alcohol genera efectos negativos y perjudiciales en el comportamiento de las personas. Entre los principales se destacan la reducción del autocontrol, la inhibición y el recuento normal de impulsos, además de un mayor riesgo de agresividad y de accidentes.
A menor grado, el alcohol también puede aumentar ciertos comportamientos socialmente aceptados, como la disminución del miedo a hablar desconocidos.
Los efectos provocados por el alcohol varían según el nivel de consumo:
- A bajo consumo (una copa diaria) puede mejorar el humor, incrementar la energía y la sociabilidad.
- A consumo intermedio (varias copas diarias) se reduce la inhibición y el autocontrol, incrementando el riesgo de decisiones imprudentes, errores en la juicios, desinhibición sexual y alteraciones en el lenguaje.
- A alto consumo (vasos en exceso) se incrementan los riesgos de problemas de salud física, depresión, conductas agresivas e incluso psicosis aguda.
Por lo tanto, el consumo de alcohol debe ser moderado para disminuir los riesgos y evitar el abuso.
¿Cuál es el final de un alcohólico?
La respuesta a la pregunta depende de muchos factores, como el estilo de vida, el ambiente, la edad y la voluntad del alcohólico para buscar ayuda. El final de un alcohólico puede ser positivo o negativo.
Si el alcohólico se esfuerza por abusar menos del alcohol, por obtener ayuda y apoyo profesional, y por encontrar motivación para moderar su consumo, puede tener un final feliz y exitoso. Esto significa que el alcohólico logra recuperarse.
Por otro lado, si el alcohólico no busca ayuda, no tiene la capacidad de abstenerse de beber, y/o no encuentra la motivación para hacer los cambios necesarios para recuperarse, el resultado puede ser muy distinto. Esto podría desembocar en:
- Enfermedades debidas al exceso de alcohol.
- Separación de la familia o relaciones sociales.
- Problemas financieros.
- Algunos casos extremos donde el alcohólico puede tener una muerte prematura.
¿Qué personalidad tienen los alcoholicos?
Los trastornos del alcohol, como el abuso de alcohol, pueden inducir cambios tanto físicos como psíquicos que van desde los síntomas más leves hasta los más severos. Estos cambios afectan la personalidad de los alcohólicos.
A continuación detallamos algunas de las personalidades que se pueden encontrar entre los alcohólicos:
- Personalidad alterada: se presenta cuando la persona no es capaz de controlar su consumo y suele enderezar sus problemas con el alcohol.
- Personalidad prealcoholica: esta personalidad existe antes de que aparezcan los síntomas y es aquella en la que el individuo ya muestra una mayor tendencia a beber de manera compulsiva.
- Personalidad alcohólica: estas personas tienen una identidad propia, que es moldeada por el alcohol. Esto provoca cambios en el comportamiento y en la forma de socializar con los demás.
En general, los alcohólicos tienden a ser impulsivos, temerarios, inmaduros, manipuladores y carecen de empatía. Están muy centrados en sí mismos, buscando satisfacción rápida y sin importarles las consecuencias a largo plazo. Además, exhiben una tendencia a evitar el conflicto utilizando el alcohol como escape, lo que lleva a situaciones de gran tensión en el medio.
Es importante destacar que estas manifestaciones pueden variar de una persona a otra, ya que dependen de los factores como el tiempo de evolución, el patrón de consumo, el entorno en el que se desarrolle la persona alcohólica y la presencia de otros trastornos coexistentes.
Preguntas Relacionadas
¿Cuáles son los factores que contribuyen al desarrollo del alcoholismo?
El alcoholismo es una enfermedad que tiene sus raíces en factores físicos, psicológicos y sociales. El alcoholismo es una enfermedad crónica que, en muchos casos, se caracteriza por la dependencia psicológica y física al consumo de alcohol.
El desarrollo de esta patología es el resultado de varios factores que incluyen entre otros:
- Factores físicos: ciertos cambios en nuestro organismo como problemas de salud mental, algunos medicamentos recetados o un estrecho vínculo genético con personas con alcoholismo.
- Factores psicológicos: determinantes emocionales o sociales como el uso del alcohol como estrategia para lidiar con problemas como la depresión o el estrés; también se consideran los problemas de autoconfianza o inseguridad.
- Factores sociales: un entorno en el que el uso del alcohol está aceptado y fomentado constantemente. Es importante destacar que el alcoholismo se puede desarrollar de forma individual pero también puede ser influenciado por el entorno familiar.
Es importante señalar que el consumo excesivo de alcohol lleva a un deterioro significativo en el funcionamiento diario, la relación con los demás y el bienestar general.
Por ello, si sospechas que hay un problema o hay alguien en tu entorno que está sufriendo esta enfermedad, lo mejor es que acuda lo antes posible a un profesional de la salud mental para recibir ayuda.
¿Qué efectos físicos y emocionales produce el alcoholismo a corto y largo plazo?
A corto plazo, el consumo de alcohol en cantidades excesivas puede llevar a un estado de intoxicación que conlleva náuseas, vértigo, mareos, problemas de equilibrio, visión borrosa, falta de coordinación y habla confusa. Las intoxicaciones agudas pueden también producir problemas respiratorios, cardiovasculares y alteraciones hepáticas.
A largo plazo, el abuso crónico y continuado del alcohol puede producir graves complicaciones de salud. Estas complicaciones van desde trastornos emocionales como la depresión o la ansiedad, hasta complicaciones hepáticas, diabetes, cáncer y enfermedades neurológicas. También se vincula frecuentemente el alcoholismo a la pérdida de la memoria, disminución de la capacidad cognitiva, trastornos del sueño, deterioro en la función sexual, deficiencias vitaminicas, desórdenes gastrointestinarls y problemas renales.
Además, el alcoholismo lleva consigo numerosos efectos sociales y emocionales, entre ellos aumento de los conflictos familiares, falta de motivación, soledad o baja autoestima. Puede también provocar comportamientos agresivos o violentos.
¿Qué puede hacer una persona para prevenir el alcoholismo?
Prevenir el alcoholismo es una tarea que debemos asumir con responsabilidad para evitar problemas de salud y sociales.
Es necesario darle a la persona una educación adecuada para el uso moderado y responsable del alcohol, enfatizando que su consumo es sólo para adultos.
A continuación, enumeramos algunas recomendaciones que puede seguir una persona para prevenir el alcoholismo:
- Conocer las limitaciones: Todos debemos estar conscientes de que cada persona tiene una tolerancia distinta al consumo de alcohol. Por lo tanto, es importante conocer el límite fisiológico para asegurarse de no exceder la propia capacidad y evitar un abuso.
- Elegir bebidas con moderación: El alcohol debe ser tomado de manera moderada, evitándose exceder las cantidades recomendadas, especialmente cuando se trata de bebidas alcohólicas de origen industrial.
- Consumir alcohol como parte de una dieta saludable: Es recomendable acompañar los tragos con comidas nutritivas y saludables y evitar los abusos de alimentos calóricos. Una dieta equilibrada y con la suficiente cantidad de nutrientes ayudará a reducir el deseo de alcohol.
- Tener una actividad física regular: La actividad física moderada y regulada nos ayudará a manejar y controlar el abuso del alcohol. Esto es así porque el ejercicio libera endorfinas que generan una sensación de bienestar y felicidad.
- Mantener una vida social saludable: Limitarnos a realizar actividades en compañía de gente sana, alejada de vicios, es un paso necesario para prevenir el alcoholismo. Evitar ambientes peligrosos, especialmente aquellos cuyo centro es el consumo de alcohol, es una medida muy acertada.
- Procurar apoyo educativo y terapéutico: Es recomendable acudir a profesionales autorizados para diagnosticar y tratar problemas relacionados con el abuso del alcohol. Así mismo, es algo beneficioso recibir charlas y/o cursos sobre el tema para mejorar el autocontrol y entender la situación.
¿Qué tratamientos existen para tratar el alcoholismo?
En el ámbito de la psicología existen varios tratamientos que ayudan a personas con problemas de alcoholismo. El objetivo principal es aliviar los síntomas del alcoholismo para que se recupere la salud física y emocional. Los tratamientos más comunes son:
- Terapia individual o grupal: Esta terapia se centra en la identificación y tratamiento de los problemas relacionados con el consumo de alcohol, enseña técnicas de autocontrol y habilidades para afrontar situaciones estresantes.
- Terapia cognitiva conductal: Esta terapia se enfoca en el cambio de los patrones de pensamiento y conducta para mejorar la resistencia al abuso del alcohol.
- Terapia familiar: Esta terapia implica a la familia del paciente para establecer un plan de acción que les ayude a lidiar con el problema.
- Terapia farmacológica: Esta terapia usa medicamentos para evitar el consumo excesivo de alcohol.
Conclusión
El alcoholismo es una enfermedad con graves efectos en la vida de la persona. El proceso de alcoholización se divide en cuatro fases, cada una con diferentes características y consecuencias. Si bien es cierto que el consumo de alcohol no siempre conduce a la enfermedad, la adicción al consumo excesivo se refleja principalmente en la fase crónica del alcoholismo, la más grave de ellas.
En esta etapa se pueden manifestar daños severos en la salud mental y física, tendencias genéticas, además de factores sociales, dificultades para llevar una vida productiva, relaciones personales deterioradas, incluyendo una mayor probabilidad de sufrir violencia doméstica.
Es importante reconocer los signos de adicción para detectar a tiempo el problema. Para ello es fundamental acudir a un especialista que pueda asesorar adecuadamente y brindar ayuda oportuna. Esta última puede ser desde terapias, como la Psicología cognitiva conductual, hasta ayudas farmacológicas que, usadas con discernimiento, reducen el efecto de los síntomas y mejoran la calidad de vida de la persona.
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